dimarts, 22 de desembre del 2015

¡Cambia el chip y ten el suelo siempre limpio!

¡Atención queridos vagos! ¿Sabéis cual es la tarea más costa en tiempo y la principal para tener nuestro pisito decente? La limpieza del suelo. 



Y nosotros, los más perezosos, para dedicarle muy poco esfuerzo vamos a tener que cambiar de hábitos. ¿Pero bienvenidos los nuevos hábitos que nos van a ahorrar el pasarnos horas limpiando, verdad? 



Os pongo una foto de la herramienta principal que ha de tener todo vago que se precie para tener el suelo limpio: 




Sí, sí, la foto es correcta: unos buenos calcetines si estamos en invierno, en verano no necesitamos nada. Los tendremos siempre en nuestro recibidor y cuando lleguemos nos los pondremos; o encima de los que llevemos o los cambiamos por los que traemos de la calle. ¡Y a partir de ahora a andar por toda la casa descalzo!



Los zapatos es de lo que más ensucia el suelo, sobretodo el de la cocina y el baño. Cualquier gotita de agua que se caiga pisada por una suela de un zapato que ha estado andando por la calle se convierte en una gran mancha. ¡Aunque vayas con cuidado siempre se caen gotas! Al lavarnos las manos salpicamos sin querer. Y aunque no pisemos el agua también se van creando huellas por todo el piso.



Estas Navidades mi madre se ha quedado horrorizada al verme en calcetines: 
- ¡Pero como vas así, que te vas a resfriar! 
- ¡Que no me resfrío, que llevo dos calcetines y el de fuera es especial para esquiar! 
- ¿Y por qué te has quitado los zapatos? 
- Para no contaminar el suelo con la suciedad de la calle. 
- ¡Pero ponte al menos unas zapatillas!
- ¡Qué no me pongo unas zapatillas! ¡Qué ya voy bien en calcetines! Que las zapatillas se acaban ensuciando y los calcetines los pones en la lavadora y siempre están limpios.



Lo que sí que tengo es un habitante en mi balcón, unas lindas sandalias de piscina que viven allí. Cada vez que he de salir me las pongo y cuando entro en el piso las vuelvo a dejar en el balcón.



Y con este simple cambio de hábitos he conseguido tener el suelo limpio por más tiempo y sin tanta necesidad de fregar, solo aspirar. Además hay otras ventajas añadidas. Al entrar en tu casa y descalzarte te sientes mucho más cómodo en ella, te la haces más tuya. Es tu santuario especial. Desconectas más de todo lo de afuera que requiere zapatos


¿Aún así habrá que aspirar el piso de vez en cuando, no? Para mí eso suponía un esfuerzo de tal gran envergadura que ahorré dinero y me compré un robot aspirador. Es de lo poco que voy a recomendar comprar en este blog. Mi visión de la vida minimalista requiere muy pocas cosas materiales y además con la actual situación económica no está el horno para bollos. Me dolió el dinero que costaba pero multipliqué lo que cobra una "Keli" por aspirar el suelo por las semanas que tiene un año y como vi que estaba amortizado de sobras me sentí mejor conmigo misma. Ahora cuando me voy de casa le doy al botoncito del robot y cuando vuelvo todo está aspirado. Solo has de tener la precaución de no dejar nada por el suelo. ¡Pero eso es fantástico! ¡Matamos dos pájaros de un tiro! Ya ni se te ocurre dejar unos calcetines tirados. Sin darte cuenta el robot hace que salga de ti de forma automática el no tener nada echado por el suelo. ¡Vamos avanzando en la dirección correcta!


Con el suelo aspirado ya no da tanta pereza fregar el suelo. Cuando te pones en quince minutos lo tienes listo. ¡He conseguido quitarme el trauma que tenía con la fregona! Si el robot lo pasas a diario o día sí día no, como no se generan huellas, con una vez cada quince días que friegues ya es suficiente. ¡Quince minutos cada quince días! ¿No está mal, verdad?



Más adelante os explicaré como tener a raya el polvo y mantener el baño a diario con una rutina que no nos costará esfuerzo.

diumenge, 19 de juliol del 2015

Tutorial para que una pérdida de un móvil Android sea lo menos traumática posible

  1. Tener todos los contactos (números de teléfonos) sincronizados en la cuenta de Gmail

  2. Cuando le das a "añadir nuevo contacto" te pide si lo quieres localmente en el teléfono o sincronizado con el Gmail. Siempre le has de decir sincronizado con Gmail. Si tienes contactos en el teléfono o tarjeta SIM, puedes exportalos al Gmail. Desde contacts.google.com los podrás ver. Elimina los del teléfono y la tarjeta SIM. Quédate solamente con los de Google. Puede ser laborioso pero solo lo tendrás que hacer una vez y punto. Cualquier teléfono nuevo que adquieras, al ponerle simplemente tu cuenta de Gmail, te mostrará automáticamente todos tus contactos.

    Otra gran ventaja es que puedes tener "contactos" dentro de un grupo pero que no sean "contactos". ¿Cómo? -Te estarás preguntando... Pero si te digo que esto nos permitirá NO ver a determinadas personas en el WhatsApp, la cosa ya empieza a sonar bien, ¿no? Nos vamos a contacts.google.com, creamos un grupo, por ejemplo el grupo "técnicos" y ponemos al pintor, fontanero, electricista y demás que nos arreglan las chapucillas, los suprimimos de contactos, dándole a más acciones (encima de los tres puntos de la derecha). Los tendremos así en un grupo, pero no en los contactos. Nos vamos al WhastApp, en configuración > contactos, y quitamos el check de "muestra todos los contactos". Ahora, si enviamos felicitaciones masivas por WhatsApp en Navidad, ya no felicitaremos al pintor.

  3. Tener todas nuestras citas y eventos en Google Calendar

  4. Así no perderemos la fecha de revisión del ginécologo que nos la dió hace eones. Simplemente poniendo nuestro Gmail en el teléfono nuevo tenemos todos nuestros eventos ipso facto. Y podremos seguir felicitando a los amigos para su aniversario, Google Calendar nos lo recordará.



  5. Utilizar los Posits de Google (Google Keep)

  6. Si utilizamos "Todo list" (lista de quehaceres o los comúnmente llamados posits), recomiendo los de Google. La recomendación es fruto del mismo motivo: simplemente poniendo nuestra dirección de gmail, ya los volvemos a tener. ¡Y con los mismos fondos de colores! También lo podemos gestiona desde el ordenador en https://keep.google.com. Hacemos una lista de la compra y automáticamente ya la tenemos en el móvil.

    Quizás os preguntéis porqué utilizo posits tenidendo Google Calendar... El aviso de que hemos de hacer algo es más atosigante, cosa que va perfecto para las despistadillas como yo. Te va saliendo una notificación hasta que dices que la has realizado. Además, si hay varias gestiones que he de hacer, me gusta verlas todas juntas. También podemos poner listas de tareas sin fecha de vencimiento, para irlas tachando a medida que las vamos realizando. Ejemplos de ellas son la lista de la compra para mañana, buscar las características de un portátil nuevo de aquí dos fines de semana, pedir hora al médico de aquí tres meses, llamar a consumo si no obtenemos respuesta a nuestro requerimiento en dos meses, ...

  7. Mantener el menor número de fotos en nuestro móvil

  8. Después de haber probado sistemas de almacenamiento en la nube y haber sido atacada por un virus que dicen que envía tus datos a un servidor del sistema de inteligencia chino, lo que recomiendo es lo siguiente: tener las fotos clasificadas por carpetas: aniversarios, turismo, chorradas, deportes, cocina, amigos, famosos, ... En aquellos ratos libres que nos pilla fuera de casa, esperando el bus, el médico o lo que sea, ir clasificando las imágenes de la cámara y del WhatsApp en carpetas con los mismo nombres.

    Pero si no tenemos ningún problema de confianza, la copia de seguridad de Google Fotos es un buen sistema. Podemos tener un número ilimitado de fotos en la nube. La aplicación está para Android y también para PC. Lo que no me gusta es que no te las ordenada por carpetas, pero mi gusto del orden deben estar un poco anticuado ...

    Si desconfiamos de la copia de seguridad de Google Fotos, una vez cada trimestre (cuando deberíamos dar la vuelta al colchón), o cada seis meses (cuando realmente se la damos) o una vez al año (si ha sido una época de estrés que ni para girar colchones hemos estado), pasamos las fotos de las carpetas del móvil al ordenador. Nos podemos quedar con alguna en nuestro móvil, pero asegurándonos que también está en nuestro PC. Eso sí, una vez al año, como mínimo, deberíamos copiar las fotos a un CD, DVD, USB o a un disco duro que utilicemos de copia de seguridad.

dissabte, 12 de gener del 2013

Reparar = ahorro + creatividad + felicidad + antiestrés + ...

Ya sabía yo que un bache económico me serviría para aprender algo, y ha tenido que venir una crisis para que me diera cuenta de lo mal acostumbrados que estamos y lo antiecológicos y derrochadores que somos.

Después de una buena resaca de actividades sociales me apetecía tener el anhelado día de pijama. Y cómo últimamente se me han roto varios objetos me he puesto a repararlos con mi música preferida de fondo. Hoy he agudizado mi creatividad, sin lugar a dudas. Me he empecinado en encontrar un modo de reparar aquello que al rompérseme había catalogado de irreparable. ¡Y lo he encontrado! Menuda satisfacción he sentido una vez he tenido mis cosas otra vez totalmente operativas.

He calculado que el dinero de los objetos reparados es el equivalente a una jornada de trabajado, pero calculado como lo hacen al descontarnos un día de huelga. Así que me he ahorrado un dinerillo, me lo he pasado muy bien, me he vuelto más perceptiva y he liberado la tensión acumulada de toda la semana.

¿Qué os parece, vale la pena o no dedicarle un día al mes a tales menesteres?

dilluns, 7 de gener del 2013

Soy tan eficiente que odio los regalos

También existe la eficiencia económica. Y teniéndola en cuenta llegamos rápidamente a la conclusión que los regalos no son para nada eficientemente económicos.

Normalmente un discurso semejante se asocia con la tacañería, pero los que entendemos el fondo de la cuestión no vamos por estos derroteros. Si sé de buen grado que a alguien a quien aprecio le va a encantar y además le va a ser útil un determinado objeto, me sentiré muy feliz de podérselo regalar. Pero no todo es tan senzillo.

Para bien o para mal me han educado en la austeridad. Si hay algo que he necesitado he tenido que tener la idea presente durante meses hasta que se acercaran las Navidades o mi cumpleaños, que se encuentra justo en el otro semestre. Me parece positiva esta manera de proceder, ahora me lo aplico para hacer las compras especiales en estas fechas, que además me coinciden con las pagas extras, cuando las hay. Así me da tiempo a saber si realmente necesito o no lo que me quiero comprar y además puedo estudiar tranquilamente las posibilidades que me ofrece el mercado para comprar aquello que se ajusta más a mí. Gracias a todo este tiempo de meditación muchas veces encuentro la manera de reparar lo que se me ha estropeado o darme cuenta de que no necesito aquello que tanto había anhelado.

¡Menudo trabajo de reflexión realizado durante meses, no! No os extrañaréis, pues, que opine que no hay persona en este mundo que me conozca tanto como para saber realmente aquello que necesito. Algunos de los que me rodean sabrán que me estaba guardando un dinerito para comprarme para reyes (mis reyes son el 7 de enero) una aspiradora. Llevo meses pensando en el modelo que necesito. Si alguien me hubiera regalado otro me hubiera dado un disgusto porque me hace mucha ilusión pensar en todas las prestaciones que tiene mi modelo y no los otros, y si me he de quedar uno inferior a mis exigencias es un fastidio. Muchos podrían pensar que un libro es adecuado para mí, y lo es mucho más que otros objetos, pero teniendo una biblioteca delante de mi casa prefiero pedir allí el libro en cuestión y dedicar el dinero a otros menesteres; así no acumulo inútilmente papel encuadernado en la librería después de leerlo, porque seamos realistas, alguno seguro que ha leído un libro más de una vez, pero eso no es para nada lo usual. Después están los que me compran ropa, complementos o bisutería, pero rara vez coincide con lo que yo me hubiera comprado y entonces pienso en lo mejor invertiditos que estarían esos euritos si cada uno se lo comprase a su gusto.

¡Pero para eso existe el Plan B! - Dicen algunos. - No es la primera vez que a alguien de mis círculos cercanos se les ha caducado esas cajas de vales de regalo. Así que quien quiera darse el capricho de hacerse un masaje, irse a un SPA o perderse un fin de semana que se lo pague cuando lo quiera hacer y evitamos así esas caducidades. Por cierto, a mi nunca se me caducaría, pero como no sé si a quien le voy a regalar le puede pasar, sigo opinando lo de antes.

He pecado, lo confieso. Algo que he hecho muchísimas veces es buscarme un plan para el fin de semana en el que un amigo celebra su cumpleaños. Así tengo la excusa perfecta para no ir. Porque queda fatal que todos le regalen cosas y tu nada y entonces vas a comprar cualquier cosilla que crees que le puede gustar, y claro, no lo acabas de acertar del todo. Y además de no acertar te obligan a pasar por la ansiedad de ir de tiendecitas para encontrar el regalito dichoso. Allí también se nos empieza a juntar con la mala efectividad temporal, o más conocida como mala gestión del tiempo. Por cierto, es penoso que te apetezca estar con tu amigo celebrando su aniversario y por el motivo de los regalitos no puedas estar con él. ¡Menudo lastre!

No siempre estoy en contra de los regalos, pero ha de ser con alguien a quien conozcas mucho y como algo muy especial. ¡Y no tienes porqué estar obligado todos los años!

¡Perdonad, pero alguien lo tenía que decir!

dissabte, 29 de desembre del 2012

Sácale partido al 31 de diciembre

Es muy bueno sacarle partido a lo que hacemos. ¿Qué provecho nos ofrecen las Navidades? Son fantásticas porque siempre recibes una felicitación de aquel primo lejano o amigo que no veías en mucho tiempo y como mínimo sabes que te tiene presente. El 31 de diciembre por la noche nos supone una frontera temporal muy marcada en nuestro cerebro. Aprovechemos que ahora nos toca traspasarla con una simple idea. Nos vamos a marcar un solo objetivo para conseguir en un año. Ya sé que todos queremos mejorar muchísimos aspectos, pero hemos de elegir solo uno porque de lo contrario existen muchas probabilidades de no conseguir ninguno. Pensemos cuál es el nuestro. Seguro que nuestro subconsciente nos manda aquél más importante. ¡Una vez lo tengamos claro manos a la obra con él!

Lo que no podemos tener es un objetivo totalmente genérico como: "quiero estudiar inglés, alemán o ruso", "quiero aprender a tocar la guitarra", "quiero bajar unos quilos", "quiero fortalecer mi musculatura", "quiero ser más ordenado", "quiero gestionar mejor mi tiempo",..., sino que este gran objetivo lo hemos de desmenuzar en pequeños retos y planificarlos en el tiempo.

Con referencia a los ejemplos anteriores podríamos apuntarnos a una academia para aprender idiomas o tocar la guitarra, donde ya nos lo dan todo planificado, o si decidimos ser autodidactas tendremos que elegir el método, como seguir un curso online o bien ver dibujos animados o series en el idioma elegido, pero siempre poniéndonos un horario realista, por ejemplo "lo haré una hora después de cenar los lunes, miércoles y viernes".

Si lo que queremos es bajar unos quilos o fortalecer la musculatura podemos optar por apuntarnos a un gimnasio o bien realizar ejercicio al aire libre, que de esta última forma es totalmente gratuito. En cualquier de los dos casos nos hemos de poner también un horario sensato. Una buena idea que tuvo una compañera mía en un curso de coaching fue hacer ejercicio todas las tardes que no quedaba con las amigas. El problema que tenía era que la mayoría de las veces le decían de tomar algo en su día planificado para ir al gimnasio. Al final no iba a hacer ejercicio para poder verse con ellas. Cuando decidió hacer ejercicio los días en los que no quedaba con nadie le fue estupendamente. Esto mismo se puede aplicar también en los cursos autodidactas.

En el caso de que lo nuestro no sea el ejercicio físico pero sí bajar de peso, podemos elegir para empezar alguna de las siguientes ideas: no hacer nunca fritos en casa, sino solo comerlos fuera; no tomar dulces después de la hora de comer del mediodía, por lo tanto solo por la mañana; cocinar únicamente las cantidades convenidas, si hacemos más ponerlo en tupperwares y meterlos enseguida en el congelador antes de empezar a comer.

Suponiendo que decidimos ser más ordenados nos puede ir muy bien cada vez que salgamos de una habitación ordenar una sola cosa de allí. ¡Obligatorio hacerlo, sino no se sale! Y tacita a tacita sin esfuerzo notaremos un gran cambio en el 2013.

Si por el contrario, lo que decidimos es gestionar mejor nuestro tiempo, tendremos que empezar por una tarea concreta y cumplirla. Lo que funciona muy bien es escribir en un papel al levantarnos tres tareas diarias que queremos realizar ese día. Conforme las vamos acabando las tachamos. Si vemos que tres son demasiadas escribiremos todos los días solo dos; hemos de encontrar nuestro ritmo, cada persona es un mundo. Y solo cuando las hayamos terminado todas ya podremos procrastinar, esa palabra que tanto me gusta que significa perder nuestro tiempo divagando. Con este método, poco a poco, ya veremos como vamos alcanzando muchísimo más de lo que hicimos en el 2012.

¡Así que manos a la obra, pensad en vuestro objetivo y poneros mini-retos alcanzables! ¡Suerte con vuestro propósito del 2013!